Todos los años ocurre lo mismo: una vez pasada la época de las fiestas navideñas, los padres se dan cuenta de que el tiempo pasa muy rápido y empiezan a preparar la comunión de su pequeño o pequeña. Los más previsores ya lo tienen prácticamente todo listo, pero muchos otros empiezan a temer que «les pille el toro».

Y es que son muchas cosas a tener en cuenta: los trajes, las fotos, el restaurante, los invitados… ¡porque es una gran fiesta! Por eso los padres se afanan en que la comunión de su hijo sea especial y distinta. Al fin y al cabo, un niño sólo tiene una única oportunidad de hacer una primera comunión, rodeado y arropado por todos sus amigos y familiares.

Una de las cosas más solicitadas en los últimos años es la actuación de un mago. No hay mejor forma de hacer que ese día sea aún más mágico para el niño o niña y para los invitados que un espectáculo de ilusionismo. Llenar la sala del restaurante de «ooohs» y de «aaahs», de risas y de aplausos, para hacer que el homenajeado se lleve un recuerdo imborrable de ese día único en su vida.

Y ahí llega el dilema de muchos padres: ¿a qué mago contratar? Cuando no se conoce a ninguno, lo normal es buscar por internet y preguntar varios precios. Y al no tener referencias, lo habitual es contratar al más barato. ¡Craso error! Eso es como si para el banquete, en vez de contratar un menú en un restaurante hiciéramos una reserva en la hamburguesería de la esquina, solo porque es más barato. Y a lo mejor la hamburguesa está rica, pero no tendrá nada que ver con el cóctel de mariscos o el solomillo a la pimienta que nos podrían haber puesto en un buen restaurante. Y es que la primera comunión sólo se hace una vez en la vida, y no vas a tener otra oportunidad para ofrecer un banquete o una actuación alternativa que sí que esté a la altura de un día tan especial.

Por eso, una frase que he oído muchas veces de la boca de un niño tras acabar una actuación es: «¡Mamá, papá, quiero a ese mago en mi cumpleaños/comunión!». No quiere a un mago cualquiera, sino quiere a ese mago, a mí, en su comunión o cumpleaños. Es difícil describir el orgullo que se siente cuando tras la actuación, los niños y padres se acercan y te piden una foto, un autógrafo o incluso un abrazo. En ese momento es cuando más claro tengo por qué me dedico a esto.

Se acerca el mes de mayo, y cada vez van quedando menos fechas. Así que animaos y llamadme, preguntad sin ningún tipo de compromiso. Lo único que os puedo decir es que siempre pongo todo de mi parte para que ese día sea realmente inolvidable para todos vosotros.